12 Cor. 13:5 “Examinaos*~ a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos~~ a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”

Pablo eligió adoptar el ejemplo del liderazgo de Jesús: “Porque aunque fue crucificado en debilidad vive por el poder de Dios” (2 Co 13:4).

Este modelo de “poder-en- debilidad” requirió de paciencia, exaltando la justicia y obediencia, priorizando a los demás, sin aspereza ni superioridad exigente.

La iglesia de Corinto necesitó la disciplina de Pablo.  Esto lo apenó tanto, que canceló su tercera visita (1:23-2:4), esperando que ellos respondieran a esta carta como respondieron a la anterior (7:8-13), y así gozarse con ellos y no tener que lidiar con temas de división.

Los falsos maestros habían introducido legalismo, fomentando una falsa justicia, escondiendo un espíritu amargo, crítico, de discrepancia, que ponía a creyentes contra creyentes, buscando también desacreditar el apostolado de Pablo, que él defendió durante varios capítulos.

Pablo dijo: “Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes” (2 Co 12:20).

El legalismo farisaico oculta actitudes contenciosas y de no arrepentimiento. A Pablo le preocupaba tener “que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido” (2 Co 12:21). Él esperaba la respuesta de ellos.

En 2 Corintios 13:15, les desafía a cambiar sus actitudes críticas internas, diciéndoles: “examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe”. Necesitaban sacar la viga de sus propios ojos antes de criticar la espina del ojo ajeno (Mt 7:1-5).

Los dos mandamientos para el creyente son “examinar” (“evaluar”) y “probar” (“conocer de la genuinidad de algo al examinarla”). Debían probarse a sí mismos si estaban “en la fe”, y la evidencia sería su respuesta a la exhortación de Pablo.

Antes de compartir la Cena del Señor, “pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa… Si pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados” (1 Co 11:28-31). Practica examinarte tú mismo. ¿Hay algún área de desobediencia en tu vida que debes tratar hoy?

“Estoy consternado de mi indignidad, y estoy desesperado por Tu misericordia y regalo gratuito de justicia.  Gracias por conceder vida eterna contigo a aquellos que confían en Ti con todo su corazón.”