Mat. 11:29 “Llevad*~ mi yugo sobre vosotros y aprended*~ de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.”
No conoces a una persona hasta que te relacionas cercana y prolongadamente con ella. Jesús, queriendo relacionarse cercanamente con Sus seguidores, dijo: “Venid a Mí…y Yo os haré descansar” (Mt 11:28).
También dijo: “nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
No podemos ni imaginar cómo es Dios, y nuestra mente finita no puede comprender lo infinito porque es algo que nos debe ser revelado. Cuando Pedro entendió que Jesús era el Mesías, le dijo: “porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16:17).
Hablando de la revelación del Padre y de dar reposo a quienes vienen a Jesús en fe, les anima a sus seguidores diciendo, “Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí”. El yugo en los animales significa sumisión al dueño; pero en los humanos, significa esclavitud. Sin embargo, el “yugo” de Jesús es opuesto al pesado yugo de los Fariseos (legalistas).
Tomar el yugo de Jesús es someterse a Sus enseñanzas y hacer de ellas tus principios de vida. Son frases paralelas: “Llevad mi yugo sobre vosotros” y “aprended de Mí”. La palabra “aprender” significa convertirse en “discípulo o aprendiz”.
Hay tres razones por las que puedes confiar en Jesús:
Primera, “soy apacible [o manso]”. Lo opuesto a ser rápido para la ira.
Segunda, “soy humilde de corazón”. Su humildad atraía a Sus seguidores. Él no se llenaba de importancia sino que se centraba en los demás, ganándose su confianza.
Tercera: “podrán encontrar descanso para sus almas”. Jesús prometió: “Yo os haré descansar” (Mt 11:28), y “hallaréis descanso”. El descanso es el regalo por confiar, y confiar es aprender a ser como Él. Ya no somos esclavos de un sistema legalista, sino libres para aprender las actitudes de Dios. Como escribió Pablo: “según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios” (Ro 7:22).
Cuando nos parecemos a Él, somos confiables y modelamos la paz que solo la verdad trae al alma. Convirtámonos en discípulos, y hagamos discípulos que se parezcan a Jesús.
“Tú nos das descanso interno cuando estamos dispuestos a tomar la responsabilidad de alcanzar al mundo. ¡Qué maravilloso Dios al que servimos!”