1 Tim. 4:11 Esto manda~~ y enseña~~.
En 1 Timoteo 4:11, Pablo le pide a Timoteo que no solamente haga algunas sugerencias a la iglesia sino que les “mande” a obedecer los principios de la palabra revelada por Dios.
“Estar continuamente mandando” significa, “dar órdenes, pasar un anuncio, promover un pedido, cargar u ordenar”. Es un llamado a obedecer a la autoridad de Dios. El segundo mandamiento es “estar continuamente enseñando estas cosas” (“instruir de boca en boca”), refiriéndose a las verdades generales para los creyentes. Todo lo que Pablo ordenó a Timoteo, éste debía ordenar a otros para que obedezcan.
Anteriormente Pablo escribió un mandamiento similar, “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido” (1 Tim 4:6). El ministerio debe realizarse con autoridad, en el sentido de que cualquier cosa que Dios ordene debemos obedecer y luego debemos ordenar a otros a que también lo obedezcan. Pablo le dijo a Tito, “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie” (Tito 2:15).
Ser un siervo fiel requiere de cierto nivel de audacia para confrontar libremente el pecado, la incredulidad y la desobediencia. Esta audacia debe estar balanceada con entendimiento, gentileza, y nunca debe ser abusiva o irrespetuosa. La autoridad está edificada en cuatro pilares:
- Compromiso a la autoridad de la Palabra de Dios (el maestro practica primero los mandamientos antes de enseñar a otros).
- Una correcta interpretación gramatical y contextual de las Escrituras.
- Preocupación de que la verdad de la Palabra de Dios sea respetada y de que los creyentes se hagan responsables de obedecer sus preceptos (1 Co 5:1-13; 2 Ts 3:14-15).
- Ser libres del miedo de ofender a los hombres.
La predicación y enseñanza que no lleva a acciones de obediencia no está cumpliendo su propósito de transformar vidas por medio de la “renovación de la mente” (Ro 12:2) al introducir una nueva forma de pensar y nuevos principios a seguir.
Hagamos un compromiso para vivir conforme a las Escrituras y luego transmitamos los mandamientos, fiel y audazmente.
“Tu palabra es tan contraria a los valores de este mundo que la mayoría prefiere pasarla por alto o no conocerla. Dame la valentía de conocer y aclarar Tus mandamientos.”