Tito 3:13-14, “Ayuda en todo lo que puedas*~ al abogado Zenas y a Apolos, de modo que no les falte nada para su viaje. Que aprendan~~ los nuestros a empeñarse en hacer buenas obras, a fin de que atiendan a lo que es realmente necesario y no lleven una vida inútil”.
Todos los ministerios cristianos han sido sostenidos por donaciones para seguir haciendo discípulos. Tito 3:13-14 nos da un vistazo del día a día en la creación de redes y logística de los ministerios del primer siglo.
Los hombres de nuestro texto eran discípulos de Pablo a quienes había delegado para la expansión del ministerio. Pablo escribe desde Macedonia y decide pasar el invierno en Nicopolis, en donde lo arrestan y lo llevan a Roma para su último encarcelamiento.
No sabemos nada acerca de Zenas, excepto que era un abogado con nombre Griego, un profesional comprometido a hacer discípulos en áreas no contactadas. Apolo, mencionado en Hch 18:24; 19:1, era un Cristiano Judío de Alejandría, “poderoso en las Escrituras” y “ferviente en el Espíritu….” Que deseaba fuertemente “cruzar a Acaya” (18:27). Ellos dos se dirigían a áreas no alcanzadas todavía con el evangelio.
Pablo ordena a los creyentes “urgentemente se decidan a encaminarles con solicitud”, o “hacer todo lo que puedan” (Tito 3:13NVI). El propósito era “ayudar” para “que ellos (los misioneros) tengan lo que necesiten” o “no les falte nada”. En 3 Juan 6 añade, “como es digno de Dios”.
Otra razón para ayudar a este equipo misionero es: “continua o habitualmente aprendan a ocuparse en buenas obras”. La palabra para “aprender” viene del verbo base que significa “discípulo o aprendiz”.
Pablo quiso que los creyentes se “mantengan aprendiendo” mientras están “comprometidos en buenas obras”, especialmente en las que cubrían “las necesidades urgentes” de los obreros. No satisfacer esas necesidades es ser “improductivo”.
Pablo nos animó a sacrificarnos por el ministerio: “no es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta” (Fil 4:17), y “para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra …” (Col 1:10).
Los creyentes deberían aprovechar cada posibilidad de contribuir o tomar parte en los proyectos del reino. ¿Estás tú involucrado?
“Señor, dame el deseo de participar con Tus siervos al ayudarles a suplir todas sus necesidades, cualesquiera que éstas sean.”