Col.3:12 “Vestíos*~, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.”
Cuando somos invitados a un evento especial, una de las primeras preguntas que hacemos es, “¿Qué vestido es apropiado para esta ocasión?”.
El mandamiento “vístanse” ordena obedecer urgentemente. El verbo, en el original, se ubica al principio para enfatizar que tu conducta te identifica como un verdadero creyente.
Pablo describió la ropa del “viejo hombre” (antes de la conversión) ordenando que se la “saquen”: “ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros” (3:8-9). Al “nuevo hombre” se le da un nuevo conocimiento que le enseña a no hacer distinción de raza o clase social dentro del cuerpo de la iglesia (3:10-11).
No se nos ordena ningún legalismo ni ninguna acción específica de comportamiento porque se espera que nosotros tomemos los principios del cuerpo y los apliquemos a nuestras situaciones individuales. La iglesia debe caracterizarse por estar llena de “entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.
Debemos ser misericordiosos, no ser rápidos para condenar, chismear, criticar o aislarnos mutuamente. Escoger actuar en benignidad, favoreciendo a aquellos que no se lo merecen. En humildad, poniendo las necesidades de los demás encima de las nuestras; y, elegir ser pacientes y no estar enojados cuando otros nos hieren.
La razón de que este mandamiento “vestíos” esté en plural es porque el cuerpo colectivo de creyentes es el “elegido de Dios, santo y amado”.La iglesia como grupo es la “elegida de Dios”. Nuestra identidad en Cristo no es individual, sino corporal, como un “pueblo santo”.
Pedro escribe: “vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 P 2:9).
Debemos tomar en cuenta que todas estas instrucciones son en plural para la iglesia entera y solo de forma secundaria para los individuos, como siendo una parte del cuerpo funcional de creyentes. ¿Estás ayudando a tu iglesia a cumplir este mandamiento?
“Señor, es tan difícil ser como Tú. Cuando la gente interfería con Tus planes u ofendía Tu justicia, Tú eras clemente, benigno y paciente. Hazme más como Tú.”