Ef. 5:18 “No os embriaguéis~| con vino, en lo cual hay disolución (“abandonarse a sí mismo a descontrol y/o un comportamiento inmoral); antes bien sed llenos~~ del Espíritu.”
De niño, aprendí a surfear. Cuando estás en la tabla y ves una ola de 2 ó 3 metros tienes que virarte en su dirección y comienzas a nadar.
Después de más o menos dos brazadas ella te agarra y comienza el viaje hacia la orilla. ¡Qué divertido!
El poder de la ola se transfiere a ti solo si tú comienzas a moverte en su misma dirección. La llenura del Espíritu es igual.
Jesús prometió, “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad… vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Jn 14:16-17).
Desde el momento que crees en Jesucristo, el Espíritu Santo mora en ti por siempre, y te conviertes en “templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros” (1 Co 6:19).
Algunos tergiversan este pasaje enseñando que tal como pierdes el control bajo el efecto del vino, deberías perder el control cuando estás lleno del Espíritu. Sin embargo, es exactamente lo opuesto: Lo malo de la borrachera es la pérdida de autocontrol, pero la llenura del Espíritu da como resultado un mayor control de sí mismo (“…dominio propio”, Gálatas 5:23).
No debes “abandonarte al descontrol y/o a un comportamiento inmoral” sino confiar que Dios te llene con Su poder para vencer a la carne y para servir a las necesidades de los demás.
Todos los creyentes tenemos “toda la plenitud de la Deidad” y estamos “completos en Él” (Col 2:9-10). Tal vez Él no tiene el control completo sobre ti porque tú no le dejas ser el Señor de tu vida a través de Su palabra.
El verbo “sed continuamente llenos” significa permitir conscientemente que Su voluntad te controle cuando tú obedeces intencionalmente Su palabra, sin ir en diferente dirección porque eso anula Su poder y bendición. Escoge hoy caminar en la misma dirección del Espíritu.
“Señor, cuando camino obedeciendo Tus mandamientos, confío que Tú me darás el poder para seguir obedeciéndote. Toma el control de mi vida por medio de Tu Espíritu y así ir conformándome a la imagen de Cristo.”