Heb. 13:22 “Os ruego, hermanos, que soportéis~~ la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.”
Proverbios nos enseña a amar la instrucción, corrección e incluso el castigo porque el resultado final es una sabiduría junto con todos sus beneficios; sin embargo, la sabiduría de Dios es a menudo difícil de recibir porque generalmente es opuesta a nuestra intuición.
Mientras más dominado está el creyente por las características de un necio, menos puede manejar la amonestación. Un cristiano fiel siempre estará abierto a la exhortación.
La palabra para “soportar” significa “tener paciencia con” y “escuchar con cuidado”. Pablo predijo que: “llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” (2 Tim 4:3-4NTV). Los creyentes debemos soportar:
(1) La persecución: “Si nos maldicen, bendecimos; si nos persiguen, lo soportamos” (1 Co 4:12). “Así que nos sentimos orgullosos de ustedes… por la perseverancia y la fe que muestran al soportar toda clase de persecuciones y sufrimientos” (2 Ts 1:4 NTV).
(2) Los unos a los otros: “siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor” (Ef 4:2), especialmente con los errores de otros: “De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes” (Col 3:13NTV)
(3) “Estar abierto a” exhortaciones y amonestaciones de otros. Un síntoma del creyente inmaduro es la indisposición a aceptar instrucción moral: “Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía” (1 Co 3:2).
Sea que les guste o no, los padres deben corregir a sus hijos: “Disciplina a tu hijo, y te traerá tranquilidad; te dará muchas satisfacciones” (Prov 29:17NTV).
La “palabra (o mensaje) de exhortación” aparece también en Hechos 13:15: “…les mandaron el siguiente mensaje: Hermanos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen” (Hechos 13:15). ¿Estás abierto a la aplicación personal de las Escrituras? Sé honesto: ¿Cuánto deseas ser instruido para obedecer?
“Señor, mi orgullo es tan evidente cuando alguien trata de corregirme o de animarme a hacer algo que Tú quieres que haga. Humíllame, Señor, para escuchar Tu voz a través de amigos y líderes que se preocupan por mi crecimiento espiritual.”