Rom.6:19 “(Hablo como humano, por vuestra humana debilidad;) Que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad*~ vuestros miembros para servir a la justicia.”
Se ha escrito gran cantidad de material sobre la manera como la mente humana aprende y retiene información. Pablo presenta este principio para la humanidad (“Hablo como humano”) utilizando una metáfora para ilustrar lo externo de la realidad de la vida, formando un puente inolvi-dable en la memoria o dominio cognitivo de la mente.
“Vuestra humana debilidad” puede significar “débil o enfermo” dependiendo del contexto. La debilidad en este contexto puede referirse a la incapacidad de comprender las consecuencias peligrosas del pecado personal, incapacidad que da como resultado una arrolladora atracción a la desobediencia y a la maldad.
En esta metáfora, nosotros somos esclavos de la “impureza” personificada (lit. “lascivia o perversión interna”) y del “desenfreno” (lit. “desobediencia externa”). Los lectores de Pablo esencialmente han vendido sus cuerpos en el mercado de esclavitud a un deterioro progresivo y a la búsqueda ilusoria de placer, lascivia y poder, “desenfreno que lleva a más desenfreno”.
“Así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir” significa “ponerse al lado de, pararse cerca de”. Es cuando uno mismo se expone intencionalmente a toda forma de perversión, lascivia o placeres, ubicándose lo suficientemente cerca de la maldad para observarla y tener la oportunidad de participar en ella voluntariamente. ¿Pero qué beneficio les trajo ese estilo de vida? (Ro 6:21). El placer momentáneo y los sueños ilusorios de grandeza y prestigio solamente atraen a los ingenuos hacia una trampa de la cual no hay escapatoria.
Pero hay otro amo que podemos escoger: “Ahora para santificación, presentad vuestros miembros para servir a la justicia”. Podemos someternos a la personificación de la “justicia” como nuestro amo. Él usa el mismo verbo para indicar que esta elección implica: Elegir estar cerca de, o mantenerse cerca de todo lo justo.
El propósito de Dios al ofrecernos la salvación por gracia no es darnos libertad para hacer lo que se nos place, sino darnos libertad para elegir agradarle a Él, obedeciendo Sus principios de vida, completamente seguros de que Su camino para vivir es el mejor. Escoge sabiamente a tus amigos y actividades. Mantén tu Biblia a mano.
“Señor, aquí está mi cuerpo, mi vida, mis sueños, y mis ambiciones. Son todo tuyos; nunca más los tomaré de vuelta. Que hoy mis pensamientos y acciones sean tuyos en todo sentido.”