Rom 12:2 “No os conforméis~| a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Cuando alguien acepta a Cristo como su Salvador, Pablo dice que “nueva criatura es” (2 Co 5:17). Eso es verdad, al menos interiormente. Este nuevo Espíritu que regeneró nuestra vida interior en nuestra alma, por medio de Su presencia permanente, ahora dice “ocupaos en vuestra salvación” (Fil 2:12) de adentro hacia afuera.
En Romanos 12:1 se le ordena al creyente entregar el control de su cuerpo como un “sacrificio vivo” a Dios como parte de su “culto racional” (“adoración lógica”). La verdadera adoración solamente puede existir cuando el creyente se compromete a “dejar de conformarse a este siglo”. Aunque su cuerpo es atraído al pecado, su mente debe tomar las decisiones correctas. O nos comprometemos a obedecer a Dios, o cedemos a los placeres sensuales y vivimos en desobediencia.
“No os conforméis” (Gr., “seguir el mismo patrón”, “estar a la moda”) se refiere a la expresión externa que esconde lo que hay dentro. El verbo es pasivo, lo cual implica que debemos impedir que el mundo nos obligue a estar en su molde o estilo de vida. ¿Es la aprobación del mundo más importante que la aprobación de Cristo? En lugar de permitir que eso suceda, “continuamente transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.
La palabra “transformaos” (proceso interno que se evidenciará externamente) fue usada para describir la transfiguración de Jesús cuando les reveló Su naturaleza interior a Sus discípulos (Mt 17:2). Ese verbo también está en forma pasiva. El Espíritu trabaja en nuestras vidas “por medio de la renovación de vuestro entendimiento” el cual es el centro de control de nuestras actitudes, pensamientos, sentimientos y motivaciones. Esto sucede cuando nosotros “dejamos que la Palabra de Cristo more en abundancia (en nosotros), enseñándoos y exhortándoos unos a otros” (Col 3:16).
Debemos “probar y aprobar cuál es la voluntad de Dios”. Cuando nuestra mente es transformada, nuestro nuevo entendimiento espiritual evalúa todo de acuerdo a la voluntad de Dios, y aprueba solamente lo que es “bueno, agradable y perfecto” para Él. Esto comienza conociendo Sus mandamientos y comprometiéndote a practicarlos. ¿Estás con Él en todo lo que dice, o estás contra Él?
“Señor, es un desafío evitar la influencia de popularidad y fama que hay en el mundo; ayúdame hoy a ser humilde en mis decisiones y deseos.”