1 Tim. 6:17 A los ricos de este siglo manda~~ que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Pablo declaró, “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Tim 6:10).
Muchos oran para tener más, pero Dios, en su misericordia, detiene la respuesta para que esa prosperidad no los destruya. Jesús nos advirtió que “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mt 6:24).
Pablo les dice a los ricos que vivan bíblicamente al manejar los recursos que Dios les da, adoptando una prioridad por el reino. Él usa dos infinitivos como advertencias,
Primera, para aquellos que son “ricos” en bienes materiales (“tener posesiones terrenales en abundancia que exceden la experiencia normal” o superan a las necesidades) deberían “dejar de ser altivos” (“altivo, orgulloso, arrogante y presumido”). Una de las perspectivas que debemos mantener en nuestra mente es esto: “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar” (1 Tim 6:7).
Los ricos a veces piensan que el dinero es el indicador de su valor personal y ven a otros como inferiores: “El hombre rico es sabio en su propia opinión” (Prov 28:11). En lugar de eso, los ricos deberían ser “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión” (Ro 12:16).
Segunda, a los ricos se les advierte que no estén seguros en sus riquezas: “No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo” (Prov 23:4-5). Enormes riquezas pueden desaparecer en un segundo.
Si fueras a perderlo todo ¿cómo te sentirías? Si no puedes manejar el hecho de perderlo todo, tu identidad y confianza podría estar en el lugar equivocado.
“Señor, cuán fácil es encontrar seguridad o la falta de ella en las posesiones y en los ingresos y experimentar después desilusión cuando nuestros bienes materiales se disuelven. Enséñame a disfrutar las cosas pequeñas y a servir humildemente a los demás.”