1 Tim. 5:19 No admitas ninguna acusación~| contra un anciano/pastor, a no ser que esté respaldada por dos o tres testigos.
Los ministerios públicos siempre son blanco de crítica, especialmente cuando confrontan a la gente para que cambie sus hábitos, cultura o comportamiento. Desafortunadamente, muchos continúan las tendencias de los necios de Proverbios, cuyo afán es acusar al liderazgo. “Evitar la pelea es una señal de honor; solo los necios insisten en pelear” (Prov 20:3).
Todo gran líder de las Escrituras sufrió acusaciones que buscaban desacreditarlo. La confianza se construye en base a la credibilidad e integridad. Si una persona es desacreditada por una acusación, sea verdadera o falsa, su integridad se vuelve sospechosa y puede ser destruido su ministerio. Debido a la fragilidad de la confianza, se debe tener mucho cuidado y discernimiento cuando se cuestiona la integridad de un líder.
El mandamiento en 1 Timoteo 5:19 es “dejen de aceptar una acusación” o “entretener, considerar en la mente” e implica que lo estaban haciendo y que debían cesar esta acción. A los otros líderes y a la congregación se les debe enseñar cómo responder ante la calumnia, las quejas y las críticas. La respuesta es dar oído sordo, a no ser que “estén respaldadas por dos o tres testigos”.
Dios advierte a Su pueblo: “No toquen a mis ungidos; no hagan daño a mis profetas” (Salmos 105:15). No se debe tratar ligeramente la reputación de un líder espiritual a no ser que la acusación sea, por lo menos, doblemente confirmada.
Se estableció este requisito en Deuteronomio 19:15, “No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación”. Jesús cita este principio con relación a la disciplina en la iglesia: “en boca de dos o tres testigos conste toda palabra” (Mt 18:16). Finalmente, Pablo cita este pasaje (2 Co 13:1) cuando les advierte por tercera vez en cuanto a sus pecados (2 Co 11:21).
Las acusaciones sin fundamento no deben ser toleradas; sin embargo, cuando son confirmadas por varias fuentes deben ser seriamente investigadas. Sin credibilidad, es imposible el ministerio hacia los demás.
“¿Por qué somos tan propensos a creer todo lo malo de una persona, especialmente de un líder? Dame la convicción de proteger a mis líderes de los chismes.”