1 Cor. 3:10 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire~~ cómo sobreedifica.”
Cierta vez discipulé a un arquitecto en Bogotá, Colombia. Un día me mostró los enormes cimientos que estaba poniendo para un edificio de cincuenta y dos pisos que él había diseñado. La gran cantidad de barras de acero que entrelazaban antes de regar el cemento parecían hacerlo suficientemente fuerte para soportar un terremoto.
Jesús dijo, “edificaré mi iglesia” (Mt 16:18). Esta iglesia tiene un “fundamento” singular sobre el cual se edifican todos los demás ministerios, “porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Co 3:11).
Todos los creyentes son edificados sobre este fundamento como sobre una roca sólida: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo Mismo” (Ef 2:20). Hoy no estamos poniendo más cimientos, sino que estamos edificando hacia arriba a medida que la iglesia se expande verticalmente. La calidad del fundamento soportará el crecimiento de la iglesia a través de todas las épocas.
Cada generación sigue a su predecesora edificando la iglesia con nuevos creyentes y dando la cuidadosa explicación de la palabra de Dios. El mandamiento de 1 Corintios 3:10 es “continuamente mirar” cómo edificas.
Algunos grandes hombres trabajaron en Corinto, incluyendo Apolos (Hch 18:27-28) y “Cefas” o Pedro (1 Co 1:12; 3:22). Ellos “perseveraron en la doctrina de los apóstoles” (Hch 2:42).
Pablo usando la analogía de un artesano de la construcción espera que sus aprendices, como artesanos talentosos en el estudio y enseñanza del texto, perpetúen sus enseñanzas tal como Jesús se las reveló a él.
El estudio Bíblico es para conocer a Dios tal como Él se ha revelado a Sí Mismo en Su palabra.
Cuando la palabra inspirada (el fundamento) es cuidadosamente utilizada en su sentido original para “enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti 3:16-17), la iglesia de los creyentes continúa siendo edificada y continúa madurando. ¿Está tu aprendizaje de la Palabra cambiando tu vida y la de otros para ser más como Cristo?
“Señor Jesús, nos has delegado la responsabilidad de cuidar y edificar Tu iglesia y el reino que viniste a establecer en la tierra. Mantennos fieles a Tu propósito.”