1 Tim. 4:15 “Ocúpate~~ en estas cosas; permanece~~ en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.”
Todo en la vida, sea externo o interno, parece ser un freno para el ministerio. Si vamos a cumplir el propósito de Dios para nuestras vidas debemos estar preparados para una batalla cuesta arriba, sin albergar ninguna ilusión de que algún día todo será más fácil.
Pablo le escribió a Timoteo “mantente continuamente ocupado en estas cosas” (“tener cuidado, mejorar por medio del estudio, practicar, cultivar” o “fijar tu mente en algo”), diciéndole que sea diligente en conocer y llevar a cabo todos los mandamientos e instrucciones.
Debía “estar continuamente permaneciendo en ellas” (“estar inmerso en”). La NVI lo traduce: “entrégate de lleno a ellas”, haciendo que el conocimiento y la aplicación de los mandamientos de Dios sean prioridad número uno.
Luego en 2 Timoteo 4:2 le ordenó que “esté listo a tiempo y fuera de tiempo” (cuando es conveniente y cuando no). MacArthur escribió en su comentario de Segunda de Timoteo, “El siervo de Jesucristo nunca está fuera de servicio”.
El respeto en el ministerio no se logra siendo el líder perfecto. ¡Ay del predicador que pretende ser perfecto, tener siempre la razón y no tener ningún defecto, todos saben que eso es imposible! Es más efectivo ser transparente en cuanto a las fallas y silencioso en cuanto a los éxitos. La clave para el respeto no es la perfección sino el progreso.
El apóstol Pablo escribió, “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil 3:12-14).
La meta es que “todos vean tu progreso” en la transformación de una persona ordinaria a una persona semejante a Cristo, debido al estudio diligente de la palabra de Dios y, en particular, de Sus mandamientos. “Ocúpate” en conocer Su palabra y haz que ella sea tu estilo de vida.
“Señor, para mí no hay nada más importante de conocer que Tu palabra. Solamente al entender su significado y comprometerme a practicar sus principios sabrán los demás que soy Tuyo.”