1 Juan 2:27, “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced~~ en él.”
Desde el principio de los tiempos, y especialmente en la era de la iglesia, el maligno ha tratado de llevar al pueblo de Dios por el mal camino. Jesús les advirtió a los discípulos que “vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mt 24:4-5). Los lectores de Juan aún no habían sido engañados, pero los engañadores estaban activos.
Les asegura a sus lectores que “la unción que (ellos) recibieron de Él, permanece en (ellos).” Todos los creyentes han recibido “la unción”, es decir, el Espíritu Santo, en el momento mismo de su conversión. Pablo aclaró esto en Romanos 8:9 “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.
En 1 Juan 4:1 Juan habló de “probar los espíritus” a fin de discernir cuándo es verdad y cuándo son falsas enseñanzas. Todos los creyentes tienen la misma capacidad. Una prueba clave es reconocer si la nueva enseñanza contradice la palabra inspirada de Dios ya revelada.
El poder del evangelio (Ro 1:16) es la capacidad del Espíritu Santo de “condenar” o “convencer” al mundo de pecado (Jn 16:8). El Espíritu tiene la capacidad de enseñar inclusive a los no salvos de su necesidad de un Salvador.
Al creyente se le dice que no “apague al Espíritu” (1 Ts 5:19), es decir que no debemos ignorar la convicción que Él da cuando hemos desobedecido Sus mandamientos. Él nos enseñará y nos mostrará cuándo somos desobedientes a Sus instrucciones. ¿Has tenido alguna vez esta experiencia? ¿Cómo respondiste?
Los falsos maestros serán más frecuentes en los últimos tiempos según dice 1 Timoteo 4:1-2, “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia”. Los demonios pueden susurrar a una mente receptiva ideas que parecen conocimientos nuevos o nuevas revelaciones, pero que de hecho son doctrinas de demonios.
Siguiendo la declaración de que “la unción… habita en ti” viene del mandamiento de “continuamente o habitualmente siempre permanece en él (o “eso”)”. Podría traducirse “eso”, es decir, que como el Espíritu te convence de lo que es verdad, habita en esa verdad.
“Mi vida ha sido entregada a Ti. En el día y en la noche Tu presencia es mi gozo y mi satisfacción. Tu palabra me enseña todo acerca de Ti, y quiero vivir en su luz hoy día.”