2 Cor. 13:11b, “… consolaos~~ “ [o “estén de buen ánimo“].
Los creyentes podrían dejar los problemas del mundo fuera de la reunión y celebrar juntos la inmutable maravilla de conocer personalmente al Dios de la creación, y gozarse en la redención de Aquel que cuida de ellos.
En 2 Corintios 13:11, Pablo usa el verbo en forma de orden pasiva: “ser consolados”. Este verbo es usado 105 veces en el Nuevo Testamento, mostrando así que “ser consolados” es importante en nuestro caminar con Cristo.
Pablo no estuvo exento de sufrimiento y desaliento. Nada funcionó de la manera como él había planificado. Encontraba hostilidad y rechazo a pesar de estar llevando las más grandes noticias habidas desde el inicio de la creación.
Luego de ser golpeado y dejado por muerto en el camino, encarcelado, expulsado de los pueblos con solo un manojo de preciosos convertidos por todo su esfuerzo, llegó a Corinto extremadamente desanimado, diciendo: “fuimos oprimidos y agobiados más allá de nuestra capacidad de aguantar y hasta pensamos que no saldríamos con vida” (2 Co 1:8NTV).
El deseo de su corazón era ver que sus compatriotas llegaran a Cristo, pero: “Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes. Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon…” (2 Co 11:25). Continuó contando sus experiencias (2 Co 11:25b-28), sin embargo, ¡no hay ningún indicio de autocompasión, pesar, amargura o frustración! Sólo continuó.
El desánimo de Pablo pareció alcanzar su punto máximo cuando llegó a Corinto. No sabía si podría continuar. Luego, al final de su fuerza y determinación, aprendió, en medio del fracaso, que una consolación más profunda está esperando ser reclamada: Jesús está con nosotros en medio de todo. “He aquí yo estoy con vosotros”, ese es nuestro consuelo.
En 2 de Corintios 1:3b-4, Pablo escribió: “…el Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. Es la misma palabra de 2 Corintios 13:11.
“Padre, mantén mi corazón satisfecho en Tu presencia y mi mente llena de Tus propósitos para mi vida. Concédeme suficiente aliento cada día para mantenerme positivo frente a quienes puedan estar desanimados.”