Febrero 4. No sufras como malhechor.

1 Pedro 4:15 “Así que, ninguno de vosotros padezca~~ como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno”.

Hay muchos tipos de sufrimiento. La promesa del alivio del Espíritu Santo no es para todo tipo de sufrimiento. Por ejemplo, la violación de la ley recibe penalidad o prisión.

Los criminales no pueden quejarse por ser castigados, solamente tienen que aceptarlo y esperar que esa lección de vida pueda ser aprendida.

El mandamiento de 1 Pedro es comprensible; sin embargo, la adición de la frase “entrometerse en lo ajeno” en la lista, parece sorprendente. El término significa “entrometido, molesto” es usado solamente aquí en el Nuevo Testamento. El término comparativo menor significa “agitador” o “alguien que se entromete en cosas ajenas a su vocación”.

Los cristianos no debemos ser alborotadores o agitadores en el trabajo o en la sociedad. Debemos orar por los reyes y las autoridades, vivir una vida calmada, pacífica y digna (1 Tim 2:1-3). Más específicamente, debemos ser obedientes, sin hablar mal de nadie, evitar peleas y mostrar una perfecta cortesía hacia la gente (Tito 3:1-2). Nuestra preocupación es por el conocimiento del evangelio, ¡no por un gobierno perfecto!

Si bien, aceptar la penalidad de la ley puede dar como resultado aprender la lección y vivir una vida cambiada, si esa persona es un conocido cristiano, el peligro para la causa de Cristo es que puede dejar cicatrices profundas. En la mente de los incrédulos, el descrédito de un cristiano desacredita el evangelio, y cristianos la Cristiandad se convierte meramente en otra religión de hipócritas. 

Por otro lado, cuando los son perseguidos únicamente por ser fieles a la Palabra, por confrontar a los pecadores con su pecado (aunque se lo haga en amor), o por estar compartiendo su fe de una forma respetuosa y en forma de conversación, el resultado es lo opuesto.

Si un cristiano está dispuesto a sufrir el ridículo y la persecución por su fe, debe haber en él algo genuino. Que nuestras vidas provoquen siempre en otros el pensamiento de que nuestro Dios es real, y está vivo, y que Él es la causa de nuestra motivación y estilo de vida.

Que Tu gracia en mi vida me mantenga fuera de actos necios o tontos o de reacciones que traigan desgracia a Tu nombre.”

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