Lucas 12:32 “No tengan miedo~|, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino”.
A la gente se le advierte todo el tiempo acerca de las consecuencias de sus acciones, pero la mayoría o son necios o son tontos y no prestan ninguna atención a esas advertencias.
Las Escrituras advierten muchas veces que no ignoremos lo que está escrito. La persona sabia aprende a temer al Señor muy temprano en la vida.
El primer ataque de Satanás a Eva era negar que Dios hará lo que había dicho (Gn 3:4). Ella estuvo abierta a otras tentaciones y desobediencias el momento que creyó que Dios no la castigaría.
En Hechos 13:40 Pablo estaba en su primer viaje misionero evangelístico en el interior de la moderna Turquía, en una pequeña sinagoga judía de Antioquía de Pisidia. Al concluir su sermón (13:16-41) citó Habacuc 1:5, en donde se advertía a Israel que si ellos no se arrepentían, Dios levantaría a Babilonia para destruirlos.
Ellos ignoraron completamente las advertencias del profeta. No tuvieron miedo de que Dios hiciera eso, así que ¿por qué poner atención a Su profeta?
Esta nueva advertencia de Pablo era para que Israel se arrepienta de su orgullo y de su falsa idea de bondad y que confiese sus pecados y acepte el perdón de Cristo (Hechos 13:38), y confíe en Su justificación porque “por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados” (13:39).
No importa cuán “bueno” tú seas, eso no borra tus pecados; de hecho, Isaías escribió, “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Is 64:6), porque esos trapos estaban completamente teñidos por nuestros pecados.
Pablo citó Habacuc: “Porque yo hago una obra en vuestros días, Obra que no creeréis, si alguien os la contare” (Hch 13:41). Ellos no podían creer que Israel estaba siendo amenazado, por eso ignoraron al profeta.
Ahora Pablo advierte nuevamente a Israel, pero ellos no creían que Dios haría nada contra Israel. Veinte años más tarde, Israel fue destruido como nación. Ellos no tuvieron miedo de que Dios cumpliera eso cuando lo dijo a través de Su apóstol, por lo tanto ignoraron su mensaje. ¿Tienes tú miedo de ser desobediente a Su palabra? Esto es el principio de la sabiduría.
“Señor, ayúdame a entender y respetar, sobre todas las cosas, los mandamientos de Tu palabra.”