1 Pedro 5:9 Resístanlo *~ manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos
“Satanás está vivo y activo en la Tierra”. Su trabajo es destruir todo cuanto Dios creó, y él es muy sutil. La palabra “resistir” significa “ponerse en contra u oponerse”.
Santiago 4:7 nos dice, “sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes”. Tenemos la autoridad para resistir a Satanás, y él huirá.
Primero, Satanás usa la tentación fascinante de la sensualidad, fama o codicia y se sirve de nuestra curiosidad para que creamos la mentira de que el mundo puede satisfacer nuestras necesidades: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo… Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Jn 2:15-17).
Segundo, Satanás ataca nuestro matrimonio y nuestras relaciones familiares. Dios nos diseñó para que nuestras satisfacciones sensuales y la compañía de un amigo/a del alma se logren en una relación matrimonial saludable, apasionada y de toda la vida: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal [sexualmente], y asimismo la mujer con el marido… No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia” (1 Co 7:3,5).
Tercero, Satanás nos ataca por medio de ideas falsas, argumentos o enseñanzas que pone en nuestras mentes. No es omnisciente, pero sí puede introducir ideas o conceptos que parecen razonables, correctos o novedosos, pero que contradicen la palabra de Dios: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” (2 Co 11:3). y en 1 Timoteo 4:1, “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”.
Satanás busca, en cada ataque, justificar el egoísmo, el egocentrismo, la auto-exaltación y la autosuficiencia en nuestras vidas. Quiere que seamos como él y no como Cristo.
“Padre, cuando un inexplicable desánimo o depresión domine mi espíritu, que yo pueda reconocer la influencia de los demonios y resistirlos por Tu autoridad. Gracias por esa fuerza para rechazar los ataques demoníacos y nunca perder la fe de que Tú estás presente conmigo.”