Marcos 11:24 “Por eso les digo: Crean~~ que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.”
¿Acaso, tener una visión de una tarea terminada es igual a “creer que ya la has recibido”? Los futuristas del movimiento de la Nueva Era animan y enseñan las técnicas de “visualizar” o de “plasmar una visión”, lo cual puede empoderar a las personas o puede ser útil para la toma de decisiones y para la planificación, pero eso no tiene nada que ver con Dios.
Juan citó a Jesús cuando enseñó una promesa similar a la de nuestro texto: “Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo”. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14:13).¿Cuánto más ánimo necesitamos para orar por grandes cosas que honrarán y glorificarán al Padre a través del Hijo?
El Padre sabe cómo ayudarnos a glorificar a Cristo antes de que nosotros le pidamos, pero Él espera que nosotros estemos lo suficientemente preocupados para pedir: “Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado” (Is 65:24). Por medio de Su respuesta, todos reconocerán que fue el obrar de Dios.
No seas engañado a pensar que esta promesa se trata de ti; no se trata de ti, se trata totalmente de Dios. Santiago aclara cómo orar, cuando dice: “Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones” (Stg 4:2-3 NVI).
Detente un momento y piensa en todas las formas en que podrías glorificar a Dios a través de tu vida y de tu servicio. Él se hace principalmente evidente a otros al responder las oraciones de Sus siervos que quieren que Él sea reconocido como el poderoso Dios que contesta las oraciones.
Si Su pueblo solamente le invocara con los propósitos que Él tiene en mente. ¿Qué necesidad imposible tienes que glorificaría mayormente a Dios si ésta fuera respondida? Ora para honrar Su gloria.
“Señor, solo podemos creer en lo que es absolutamente verdad: Tu palabra. Yo sé que si te pido lo que tú quieres, recibiré una respuesta afirmativa, y mi vida será útil para Ti.”