Julio 18. Confiesen sus pecados unos a otros. Oren unos por los otros.

Santiago 5: 16 “Confesaos~~ vuestras ofensas unos a otros, y orad~~  unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”

Juan escribió cinco libros del Nuevo Testamento. En su primera epístola, clarifica la seguridad del creyente: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Jn 5:13). Explicó cómo saber si eres salvo y cómo reconocer si estás perdido.

Una de las “señales” de una persona perdida es: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8).

Generalmente el inconverso piensa que su “bondad” pesa más que su “maldad”, y así está bien.  Reconocerse como un vil pecador, culpable de romper las reglas de Dios, y por lo tanto, es perdido, solamente sucede cuando el Espíritu de Dios trae Su poder de convicción.  Jesús dijo: “cuando él venga, convencerá al mundo de pecado” (Jn 16:8).

Quien conoce la verdad de la palabra de Dios, dice: “Yo no soy una buena persona, yo soy pecador/a”. Según Juan, ése es el síntoma de un verdadero creyente.

Uno de los mandamientos más incómodos de las Escrituras es “confesarnos nuestros pecados unos a otros”. Si somos transparentes con Dios, podemos ser transparentes entre nosotros. Es emocional y espiritualmente saludable confesarnos mutuamente nuestros pecados.

Solo cuando dejamos de pretender ser mejores de lo que realmente somos, podemos practicar en la congregación el principio que dice: “el amor cubrirá multitud de pecados” (1 P 4:8).  Debemos aprender a decir: “Estoy luchando con la codicia, o con la lujuria (o con lo que sea). Por favor, ¿podrías ayudarme orando por mí y haciendo que te rinda cuentas de mi vida?”.

El pecado es más peligroso cuando se lo guarda en secreto. Se fermenta y se pudre desde adentro hasta que destruye. En cambio, cuando se hace una confesión abierta, la sanidad puede ser acelerada porque se alivia la culpa. La palabra “sanidad” (Gr. iaomai) puede también significar “perdón de Dios” (Mt 13:15; Hch 28:27).

Los grupos pequeños son ideales para aprender a confesarse mutuamente los pecados.

“Amado Jesús, por favor, envía a mi vida gente que te ame  y que pueda ayudarme en los días difíciles cuando caigo en pecado.  Ayúdame a estar dispuesto a confesar mi pecado, encontrar perdón en Ti, y descansar en Tu promesa de ser limpiado de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Related Post

Diciembre 11. Ocúpate en la lectura.

1 Tim. 4:13 Entre tanto que voy, ocúpate~~ en la lectura, la exhortación y la enseñanza. Una persona madura hace las cosas correctas cuando nadie lo mira y es capaz de acercarse a Dios por iniciativa propia. Pablo le confió hacer eso al joven Timoteo y establecer...

Diciembre 10. No permitas que nadie te subestime.

1 Tim 4:12 Ninguno tenga en poco~| tu juventud, sino sé ~~ ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. La intimidación es un miedo paralizante frente a la crítica o rechazo. Este miedo apaga las iniciativas y la libertad de...

Diciembre 9. Manda y enseña.

1 Tim. 4:11 Esto manda~~ y enseña~~. En 1 Timoteo 4:11, Pablo le pide a Timoteo que no solamente haga algunas sugerencias a la iglesia sino que les “mande” a obedecer los principios de la palabra revelada por Dios. “Estar continuamente mandando”...

Pin It on Pinterest

Share This