Santiago 1: 6 “Pero pida~~ con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.”
Los miembros de un equipo se escogen no solo por sus habilidades sino también por confiar incondicionalmente en su entrenador.
Dios quiere hacer las jugadas en nuestra vida y darnos sabiduría, a través de Sus mandamientos, para confiar que Él es Quien permite tremenda oposición o dificultades, con un propósito.
La fuerza interior para enfrentar las presiones o calamidades de la vida surge de querer entender y querer creer en la perspectiva de Dios y en Sus respuestas. Estar “continuamente pidiendo” (Stg 1:5) la sabiduría de Dios es un mandamiento indispensable para nuestra vida de oración. “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios” (Prov 2:3-5).
Jeremías dijo, “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jer 29:11-13). Isaías 55:8-9 dice, “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo el SEÑOR. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. Debemos aprender a confiar en nuestro Señor, sin cuestionamientos.
Cuando Satanás convenció a Eva de dudar del carácter, motivo, propósito y promesas de Dios, pudo manipularla por medio de tentaciones para llevarla a desobedecer. Eva creyó una mentira y escogió vivir a su manera.
En cambio, Job dijo, “…aunque él me matare, en Él esperaré” (Job 13:15).
Algunos creyentes rechazan vivir por fe porque dudan que Dios les proveerá. Otros se amargan contra Dios por permitir que les sucedan cosas malas; perdieron de vista el propósito de Dios. Dudar de Dios es tonto y pecaminoso: “Sin fe es imposible agradar a Dios” (He 11:6). Pase lo que pase,
Dios espera que mantengamos el rumbo y confiemos en Su sabiduría.
“Tu sabiduría es como oro puro; es un tesoro escondido que solo puedo poseer si Te conozco a través de Tu palabra. Dame la determinación de conocer y confiar específicamente en Ti.”