Col 3:20, “Hijos, obedeced~~ a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.”
“Obedecer” es una de las palabras más odiadas. Va en contra de nuestra naturaleza caída. La sociedad se construye sobre la obediencia. Según el plan de Dios, la obediencia se aprende en la familia.
“Hijos” es un término general, no específico en sexo ni edad. Se refiere a cualquier hijo que vive en el hogar y/o depende de sus padres. “Continuamente estén obedeciendo” significa técnicamente “escuchar, prestar oídos en quietud o atención, ceder a una fuerza superior, inclusive sin desearlo”.
Está dirigido a los hijos, quienes debían escucharlo en el culto de la iglesia como parte de la adoración. Aprender a obedecer es honrar la palabra de Dios y honrar a los padres. La sumisión de toda la familia a la Palabra es la actitud de adoración más profunda.
Los padres deben instruir continuamente a sus hijos, se anhela que esa enseñanza provenga de la Palabra, y los hijos deben escuchar y obedecer su sabiduría (Prov 1:8): “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre” (6:20).
Una de las características de los incrédulos e impíos, especialmente en los últimos tiempos, es la desobediencia a los padres: “habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos” (2 Tim 3:2).
Obedientes “en todo”, siempre que no sea contrario a los mandamientos de Dios. Jesús sabía que algunos hijos tendrían que desobedecer a sus padres para poner su confianza en Él como Salvador, por eso dijo, “¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión…. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre” (Lc 12:51-53).
La razón para aprender obediencia es “agradar al Señor”. Según este mandamiento, es simultáneo obedecer al Señor y a los padres.
Se debe obedecer a los padres hasta ser maduro y completamente responsable de su soporte y dirección de vida. Después, la obediencia es directa y primordialmente al Señor y a Sus mandamientos. ¿Qué tan fácil es someterte a la autoridad?
“Señor, como hijos tuyos, necesitamos Tu ayuda para hacer que nuestro principal enfoque sea agradarte. Por favor ayúdanos a ser hijos obedientes que honramos a nuestros padres en todo.”