Mat 7:7 “Pedid~~, y se os dará; buscad~~, y hallaréis; llamad~~, y se os abrirá.”
Un atractivo especial de las enseñanzas de Jesús es todo lo que reveló de Dios. Primero, enseñó principios en cuanto a las relaciones: No debemos criticar a otros e ignorar faltas más graves en nuestro propio carácter. Luego, viene este pasaje; y, después, enseña nuevamente de las relaciones.
Da ejemplos de cómo Dios responde y nos muestra una de Sus características: Él es generoso y sensible con nosotros. Ése es el modelo para tratar a los que están a nuestro alrededor: Con generosidad y amor.
Los tres mandamientos del texto son imperativos presentes (acciones continuas). Debemos “habitualmente mantenernos” pidiendo, buscando y llamando.
Cuando caminamos con Dios, aprendiendo Su Palabra, obedeciendo Sus instrucciones y siendo más como Él, ocurre una transformación maravillosa.
Pablo dice, “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil 2:13). Él trabaja en nuestra voluntad para que queramos lo que Él quiere, y nos da el poder para hacer Su voluntad.
No es un cheque en blanco para llenarlo como deseemos, sino una promesa que debemos comprenderla en el amplio contexto de las revelaciones del Nuevo Testamento: “cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Jn 3:22).
El interés personal y el egoísmo son motivos equivocados: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Stg 4:3). El objetivo completo es ser como el Padre, pensar como el Padre y desear lo que el Padre desea: “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye” (1 Jn 5:14).
Necesitamos conocer Su Palabra, Sus mandamientos y Sus deseos, y luego hacerlos nuestros, y entonces desearemos lo que Él desea: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Fil 2:5).
La petición más grande es querer tener la mente (y el corazón) de Cristo. Dile al Señor que lo único que quieres en este mundo es tener Sus actitudes y cumplir Sus deseos en cada una de tus relaciones.
“Estoy agradecido porque eres generoso y das a Tus amados la fuerza y el poder para ser obedientes cuando te pedimos, buscamos y llamamos en oración.”