1 Cor 8:9 “Pero mirad~~ que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.”
¿Se puede confiar libertad a los seres humanos egoístas? La transición de dictadura a democracia en muchos países genera vicio y corrupción. Puede tomar generaciones para que la gente madure y pueda manejar exitosamente su libertad política. Es igual en la iglesia.
La libertad espiritual de la culpa del pecado no siempre es igual a la libertad práctica. Pablo dice, “no reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”.
El Dios invisible supervisa las libertades cristianas, por eso es fácil pensar que podemos llegar lejos con el pecado y el egoísmo; pero, como creyentes, es tonto destruir nuestra propia libertad y perderla al esclavizarnos nuevamente al pecado.
1 Corintios 8:9 habla de la comida ofrecida a los ídolos y luego vendida en el mercado. Se creía que esa comida permanecía afectada por los dioses falsos y que por eso no debía comérsela. Los creyentes nuevos aún eran débiles en su entendimiento bíblico y sentían que comerla los llevaría de vuelta a la adoración perversa y demoníaca del templo.
El creyente con más entendimiento bíblico tenía libertad para comerla; él sabía que era pura imaginación y que no produciría ningún daño ya que esos dioses no existían. No hay ningún otro dios sino el único Dios verdadero.
Los temas difieren en otras culturas, pero el principio es el mismo. El mandamiento, “mirad continuamente”, significa “discernir o entender”. Pablo está diciendo, “Guíense por un principio mayor”. La palabra para “libertad” significa “permiso o derecho”. Una persona tiene el derecho de hacer cosas, pero puede no ser sabio hacerlas.
En el siguiente versículo, Pablo habla de la “conciencia” del hermano “débil”, que puede ser apagada por mirar las libertades de los hermanos “fuertes”.
Ya que el Espíritu Santo ejercita Su convicción en la esfera de la conciencia, la cual a su vez es guiada por nuestro entendimiento bíblico personal, debemos dar tiempo para que la conciencia más débil madure dejando nosotros algunas de nuestras libertades para el beneficio de ellos. ¡Eso es amor!
“Algunas veces mi libertad como creyente puede hacerme indiferente con aquellos que son estrictos en sus convicciones y parecen juzgarme. Otórgame Tu amor para aquellos que pueden criticarme y dame la gracia para adaptar mi vida a no ofenderlos.”