Colosenses 3: 19 Maridos, amad~~ a vuestras mujeres, y no seáis ásperos~| con ellas.
¿Qué es el amor? El verbo usado en Colosenses 3:19 y en la mayoría del Nuevo Testamento es “agapao”, que es un amor sacrificado en el cual tú das de ti mismo para beneficiar a otro. Está en presente imperativo, es decir que continuamente debes estar amando a tu esposa.
Para definir el amor, veamos lo opuesto del amor: No es odio, porque esa es una respuesta emocional. Si agapao significaría una reacción emocional, entonces sería imposible “amar” a tu enemigo (Mt 5:44). La palabra para amor romántico –eros- no se usa en el Nuevo Testamento. La mejor palabra para expresar lo opuesto del amor bíblico es “egoísmo”.
El amor siempre busca beneficiar a alguien, sin buscar beneficio personal, mientras que el egoísmo siempre busca beneficiarse a sí mismo, sin que le importen las necesidades del otro. Cuando estés en duda, solamente pregúntate, ¿quién es el beneficiario?
¿Qué haces cuando tu esposa no responde? El esposo creyente debe habitualmente hacer cosas amorosas por su esposa, independientemente de su respuesta. Cualquier dolor o resentimiento que surja de ello, debe ser rápidamente atacado o generará amargura y deseo de venganza. El mandamiento es “dejar de ser áspero”, lo que implica que es algo común, y que se debe dejar.
No hay justificación para la desobediencia, especialmente en el matrimonio: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios: que brotando alguna raíz de amargura os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (He 12:15).
La amargura generalmente está envuelta con el disfraz de pérdida de derechos personales: lo que supuestamente merecemos y necesitamos nos ha sido negado o ha sido ignorado. El egoísmo levanta su cabeza nuevamente, y los resultados pueden ser horribles: “amargura, enojo, ira, gritería, y maledicencia, y toda malicia” (Ef 4:31).
Una relación deteriorada solo puede cambiar con la convicción de perdonar (como Jesús nos perdona a nosotros) y con la renovación de tu compromiso con tu esposa, independientemente de lo que suceda. La gracia de Dios es suficiente para ti.
“No todos a quienes buscamos amar y beneficiar responden con aprecio a nuestro cuidado, pero tampoco lo hicieron las personas de Tu tiempo. Que mi corazón aprenda de Tu ejemplo para siempre perdonar y nunca amargarme, a pesar de cuál sea la respuesta.”