Gál 5:13b, “… sino servíos ~~ por amor los unos a los otros”.
Siempre hay argumentos para el egoísmo: “Me lo merezco”, o “Lo necesito o me frustraré”. Esas excusas para satisfacer los deseos carnales siempre destruyen relaciones, credibilidad y carácter. Pablo advirtió que no usemos nuestra nueva libertad lograda por el perdón incondicional en Cristo como licencia para seguir pecando, destruyendo así nuestro potencial para esta corta vida. Más bien, en agradecimiento a Cristo, dijo, “estén continuamente sirviéndose los unos a los otros”.
La libertad cristiana no es libertad para pecar, sino libertad para amar: libertad para servir a otros. “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gá 6:2). Los mandamientos del Nuevo Testamento son una nueva forma de pensar en cuanto a la vida y a los demás. El Espíritu nos guía a implementarlos de muchísimas formas. No son legalistas porque no están directamente relacionados con la conducta, ni se los puede practicar superficialmente. Los conceptos del Nuevo Testamento son de actitudes sin egoísmo; es decir que benefician a otros, no a nosotros mismos.
Si hemos sido unidos a Cristo por la salvación, entonces Su amor por otros se convierte en nuestro amor por otros. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Ro 5:5). Si queremos ser dirigidos por el Espíritu, entonces debemos estar dispuestos a “servirnos los unos a los otros”, independientemente de los sentimientos negativos que podamos tener hacia el necesitado.
La palabra “servíos” es un verbo que describe al esclavo por amor (Gálatas 1:10 y 2 Co 4:5). A un siervo se le paga para que sirva, pero un esclavo es propiedad de otro para hacer su voluntad. El más grande servicio que podemos dar a los demás es contarles de la muerte sacrificial de Cristo en la cruz y de cómo Él vive ahora y quiere estar en sus vidas.
La pasión de Cristo descrita en Gálatas 2:20 (“el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”) se convierte en el tema de la vida Cristiana: En lugar de Cristo, nosotros amamos a otros y nos entregamos por Él a los demás, especialmente por aquellos que no lo conocen. Podría costarte todo.
“Gracias, Padre, por darme la sabiduría para seguir tu ejemplo de servir a otros al demostrar Tu amor.”