1 Tes. 5:15b “…[El mandamiento previo prohíbe cualquier venganza], antes seguid~~ siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.”
El mandamiento “seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos” ha sido uno de los pilares del Cristianismo bíblico.
El imperativo “seguir” está en tiempo presente, lo cual significa que continuamente debemos actuar de esta manera. El verbo significa “perseguir con fervor y diligencia para obtener”, con el énfasis en la palabra “siempre”.
Aquí “bueno” no tiene un significado abstracto de ser inocente o moralmente bueno; sino un significado concreto de ser “provechoso, útil y beneficioso” para otros. Eso debemos buscar constantemente como una forma de unir a los creyentes y como una estrategia evangelística, inclusive en un ambiente hostil.
Pablo escribió: “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Ro 12:20-21).
La iglesia de Tesalónica lo estaba haciendo bien, pero debido a que esta es un área de crecimiento espiritual y un síntoma de madurez, Pablo escribió: “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros” (1 Ts 3:12). Esta es la receta para ser transformados a la semejanza de Cristo, diseñar creativamente nuevas formas de beneficiarnos mutuamente.
En 1569, el Anabaptista Dirk Willems, huyendo por un lago congelado, regresó para salvar a su perseguidor que había caído debajo del hielo. Dirk luego fue capturado por ese perseguidor y quemado en la hoguera, ¡horrible injusticia! Él estaba convencido que obedecer los mandamientos era más importante incluso que su propia vida.
Santiago dijo: “la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera (Stg 3:17NTV). ¿Habrías tú regresado a ayudar a tu perseguidor, sabiendo que posiblemente eso te costaría tu vida?
“Amado Señor, ayúdame a aprender a hacer el bien a otros, independientemente de cómo ellos me traten. Yo sé que siempre puedo descansar en Ti para que me ayudes a hacer lo correcto en cada circunstancia.”