Lucas 6:36 “Sed, pues, misericordiosos~~, como también vuestro Padre es misericordioso.”
En algunas culturas, la misericordia es vista como una debilidad, primordialmente porque existe la creencia de que el liderazgo se posiciona provocando miedo.
Jesús entra en escena enseñando que debemos amar a nuestros enemigos (Lucas 6:35), por lo que debió haber surgido la pregunta: “¿Qué tipo de líder será Jesús?”
Una vez, mi cuñado le dijo en privado a una mesera, “Gracias por servirnos tan amablemente durante nuestra cena. Tengo un Amigo que me dio un mensaje para ti. Él me pidió que te pregunte cuál es el peor pecado que has cometido. Un pecado que no quisieras que nadie sepa. ¿Estás pensando en ese pecado ahora?” Ella asintió con la cabeza. “Él quiere que te diga que Él te perdona por ese pecado y por cualquier otro que quieras que te perdone. También me pidió que te diga que te ama”.
Inmediatamente sus ojos se llenaron de lágrimas y se quedó pasmada. Larry se dio vuelta para irse y luego volteó para decirle “¿Por cierto, conoces a mi Amigo?” Ella asintió con su cabeza y dijo, “Es Jesús, ¿verdad?” “¡Sí, es Él!” respondió Larry. Sus ojos se juntaron por unos segundos, “Muchas gracias” dijo ella.
En momentos de fracaso la persona puede simplemente necesitar a alguien que le ayude, que refleje a nuestro Dios de misericordia (1 Co 1:3; Stg 5:11) y de perdón: “Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres” (Dt 4:31).
Tristemente, la mayoría de los hombres no son como nuestro Dios: “Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.”
La meta del creyente es ser tan misericordioso con otros como Dios es con nosotros. Si Él es misericordioso, entonces nosotros, como Sus hijos, estamos obligados a aprender a ser igual de misericordiosos hoy, por Su gracia y por el poder de Su Espíritu. Piensa en alguien a quien mostrar misericordia hoy.
“Padre celestial, ¡Qué cosa más maravillosa es experimentar Tu misericordia cada día! Abre mis ojos a las oportunidades que Tú estás dándome para mostrar misericordia a los demás.”