Efesios 4:32 Antes sed benignos~~ unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
El amor bíblico no es una respuesta emocional o sensual hacia otra persona, sino un compromiso desinteresado de ayudar, beneficiar o edificar a la otra persona sin considerar el posible beneficio personal que se pueda obtener de esa ayuda.
Esta es una acción incondicional que nos mostró nuestro Señor. Tal como escribió Lucas en el verso 6:35b, donde nos dice que “amemos a (nuestros) enemigos (ayudándolos, beneficiándolos, sin que necesariamente nos gusten), y hagamos bien, y prestemos, no esperando de ello nada; y será nuestro galardón grande, y seremos hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos” (Lc 6:35b).
El verbo imperativo presente de Efesios 4:32 es “estar continuamente o habitualmente actuando” de tres formas bien claras:
1) Ser “benigno” significa actuar de manera “afable, apacible, o amable (opuesto a áspera, dura, brusca o amarga)”. Esta es la respuesta física (tangible o palpable) que debemos tener frente a las necesidades de los demás.
2) Ser “misericordioso” significa ser “compasivo” que viene de una palabra para entrañas, o “corazonada”, una forma de empatía que nos permite sentir el dolor que tiene la persona necesitada. Esta es la respuesta emocional que debemos tener frente a las necesidades de los demás.
3) Debemos estar habitualmente “perdonándonos unos a otros, como Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo”. La palabra “perdonándoos” viene de la palabra “gracia” que, por lo tanto, significa, “conceder una reputación favorable o dar aceptación sin condiciones, como un regalo”, solamente porque la otra persona necesita saber que él o ella es perdonada por ti.
Podemos no albergar resentimiento o amargura contra nadie. Ser parte de una comunidad como ésta sería como tener el cielo en la tierra.
“Amante Padre, tal como me has perdonado, yo te pido que me des el entendimiento y la voluntad para perdonar a aquellos que me hieren. Que yo rinda a Ti, el Juez verdadero y justo, mis propios sentimientos y mis necesidades.”