Mat 6:25 “Por tanto os digo: No os afanéis~| por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”
La preocupación es un proceso mental paralizante y debilitante que incapacita a muchos creyentes y los lleva a la apatía y al aislamiento.
El temor a fallar, las dudas acerca de que sus necesidades sean cubiertas, inseguridades de varios tipos son posibles raíces que causan preocupación o ansiedad. Sin embargo, todas provienen de la desconfianza en la capacidad de Dios para intervenir servicialmente en los asuntos de la vida. ¿Podemos confiar en Él?
Jesús recién declaró una realidad de vida: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a mamón” (6:24) mamón significa “riqueza, personificación de las riquezas, todo tipo de posesiones, ganancias, o dios del materialismo”.
No es un mandamiento sino una declaración verdadera: Cada uno dirigirá su energía, talentos, ambiciones, compromisos de tiempo, enfoque emocional y deseos hacia lo que supuestamente suplirá sus necesidades primarias de la vida. La pregunta es, ¿quién puede satisfacer esas necesidades? Si todo depende de mí y de mi desempeño en varias áreas de la vida, entonces la ansiedad y la preocupación son normales. ¿Me importa más agradar a Dios que agradarme a mí mismo?
Nunca tendremos suficientes “cosas” que nos den seguridad para dejar de preocuparnos. Creer que el dinero nos dará seguridad, es idolatría.
El mandamiento “no os afanéis” significa no “estén ansiosos o preocupados” por ninguno, ni por todos los aspectos de su vida; vivan sin cuidado, pero no neciamente, respecto a sus necesidades básicas.
¿Qué pide Jesús de nosotros? Nos pide no considerar nuestra seguridad personal, o cualquier otra necesidad cuando pensemos cómo obedecer el mandamiento “buscad primeramente el reino de Dios” (Mt 6:33). Jesús promete proveernos todo lo que necesitemos.
Jesús busca hombres y mujeres dispuestos a servirle sin temor a lo que cueste. Sin pensar en lo que puedas perder, o cómo vas vivir. ¿Puedes confiar que Jesús te proveerá lo que “necesites”? ¿Te alejarán las “cosas materiales” de dar tu vida por el bien del Evangelio?
“¡Tú eres el controlador bendito de todas las cosas! ¡Eres digno de confianza! No hay justificación para que me preocupe por mi vida cuando estoy buscando obedecer Tu palabra y cumplir Tu propósito cada día. Gracias Señor.”