Colosenses 3:8-9, “Pero ahora abandonen también*~ todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse~| unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios.”
Puedes distinguir al hijo de un rey porque intenta actuar como rey. Debemos, por tanto, actuar como hijos del Rey.
Esta segunda lista de pecados inaceptables de Colosenses 3 trata del maltrato a los demás. Estos pecados jamás son justificables.
“Enojo”.- Estado constante de irritación y disgusto que termina en amar-gura resentida. No importa cuál sea la provocación, solo revela la ira de esa persona hacia cualquier cosa que se interponga en el camino de su egoísmo.
“Furia”.- Arranque impulsivo y tumultuoso de ira como la explosión del fuego que se enciende rápidamente y luego se va. Esta reacción se enlista como una de las obras de la carne (Gá 5:20), y es injustificable (Ef 4:31). El enojo y la furia son parientes cercanos.
“Malicia”.- “Todo tipo de maldad contra algo, o una disposición a hacer daño premeditadamente”. “En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros” (Tit 3:3). El creyente debe ser diferente.
“Calumnia”.- Cualquier difamación, incluso cualquier palabra o acción que insulte, burle o devalúe a otra persona, a Dios, o a seres celestiales. Burlarse o disminuir a otros es inaceptable.
“Palabras deshonestas de vuestra boca”.- Lenguaje “abusivo, vulgar, obsceno o despectivo que intenta dañar o herir a otra persona”. Ser avergonzado, disminuido o groseramente ridiculizado puede ser más doloroso que un golpe físico.
“Dejen de mentirse unos a otros [o mentir acerca de otros]”.- Hacer declaraciones falsas respecto a otros para destruir su credibilidad o aceptación. El verbo implica que estaban mintiendo, pero ahora se les ordena que dejen de hacerlo. En este contexto, se refiere a los chismes maliciosos y a la exageración de hechos para provocar un rechazo o justificar futuras acciones contra alguien.
La carne en los cristianos puede ser cruel, 2 Corintios 12:20: “peleas, celos, enojo, egoísmo, calumnias, chismes, arrogancia y conducta desordenada.” Que estos pecados que destrozan el corazón de Dios, destrocen también nuestro corazón.
“Te alabo, porque cuando me rindo a Tu palabra me permites, por el poder de Tu Espíritu, experimentar victoria sobre estos pecados”.