Filipenses 4:1 “Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes~~ en el Señor, amados.”
Pablo estaba preocupado de que los Filipenses se diferencien de los “que solo piensan en lo terrenal” (Fil 3:19).
Satanás astutamente provee la tentación adecuada: una forma equivocada de pensar, argumentos que justifiquen la amargura, razones convincentes para ser meros espectadores en el Reino de Dios.
Pablo describe la clave para la fidelidad: Hacer del cielo nuestra ciudadanía principal. Si anticipamos la Segunda Venida de Cristo, no perderemos tiempo en nada que no le agrade a Él (3:20), y sabremos que Él “puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” (3:21). Podemos confiar en Jesús (Ro 8:28).
La pasión de Pablo era ayudar a los nuevos creyentes: “confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
Exhortaba a sus amigos con frases cariñosas: “mis hermanos y hermanas, queridos amigos a quienes tengo ansias de ver, mi gozo y mi corona”. Amaba a los creyentes de Filipos. Ellos eran su familia. ¿Sienten nuestros hermanos creyentes que ellos son nuestra familia?
Eran sus “queridos amigos”, con quienes quería pasar tiempo. ¿Pasamos tiempo con los miembros, discípulos o grupo de estudio bíblico de nuestra iglesia? Los veía como su “gozo y su corona”. Su esperanza de la recompensa en el Tribunal de Cristo era estar con los que él llevó a Cristo.
Les pidió “estar firmes en el Señor de esta manera”, es decir, perseverar. Los versículos 2-9 dan siete principios prácticos para la estabilidad espiritual: armonía entre los creyentes, actitud de gozo, contentamiento, descanso en la fe, oración, virtudes piadosas y obediencia.
“En el Señor” significa obedecer Sus mandamientos. Previamente, Pablo les había dicho “que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo…combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen” (Fil 1:27-28a).
¿Cómo medirías tu firmeza por Cristo, Su Palabra y Su propósito? ¿Animas a otros a estar firmes por Cristo, junto contigo?
“Hay tiempos cuando no es fácil mantenerme firme por Ti y Tu palabra, porque la presión es demasiado grande. Muy a menudo estoy preocupado por la opinión que tiene este mundo de mí. Ayúdame a vivir para el día en el que te veré.”