1 Cor 10: 12, “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. ¡Ten cuidado!~~.”
Pablo acababa de explicar por qué algunos hombres del Antiguo Testamento tentaron a Dios y se sublevaron contra Moisés presumiendo que Dios no les haría nada; después de todo, eran parte del pueblo escogido. Sin embargo, Dios envió una plaga que mató a 14,700 personas (Nm 16:41, 49).
Estas historias “están escritas para amonestarnos a nosotros” (10:11). Nos revelan la paciencia y compasión de Dios, y también su ira. Debemos tomarlo en serio.
La razón de Dios para grabar las historias de los inicios de Israel fue para “amonestarnos” ¡3.500 años más tarde! Esas historias son muy valiosas, si no las aprendemos nos condenamos a repetir los errores de Israel.
“Así que”, une los versículos anteriores con este mandamiento: “el que piensa estar firme, mire que no caiga”. “Caer” en el Antiguo Testamento significaba “morir” (Nm 14:3). ¿Puede un Dios amoroso matar personas hoy en día? Es un pensamiento horrible, pero se nos advierte en 1 Juan 5:16, “hay pecado de muerte”.
Jesús dijo, “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad (Mt 7:22-23).
Aquellos que se jactan de tener una relación con Cristo por lo que hacen, no conocen la palabra de Dios y tienen poco interés en ser obedientes a los mandamientos de las Escrituras. Si nunca escuchas o pones atención al Señor, ¿cómo puedes pensar que le conoces? La verdadera pregunta es, ¿Te conoce El a ti?
La fe se basa en el conocimiento de la palabra de Dios y en el compromiso de confiar y obedecer lo que ella dice. Si solamente estás confiando en que eres bueno, ¡cuidado! ¡puedes no estar firme para nada! “La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Ro 10:17). La fe es la confianza en la verdad bíblica.
El verdadero creyente también necesita “cuidar continuamente” que su fe y estilo de vida estén edificados en la palabra de Dios. Tener miedo de Su castigo es extremadamente saludable. ¡Créelo y ten cuidado!
“Mantenme lejos del orgullo espiritual. Humilla mi corazón para entender y obedecer cada día las instrucciones de Tu palabra.”