Ro. 11:20 “Bien; por tu incredulidad fueron desgajadas, pero tu por la fe estas en pie. No te ensoberbezcas,~| sino teme.”~~
Creerse con derechos es una plaga contra la madurez y el desarrollo social. Que alguien haya tenido gracia contigo no significa que obligatoriamente lo seguirá haciendo.
Pablo describe la decisión soberana de Dios de escoger a los Gentiles del mundo y de poner de lado a “algunos” de Su pueblo, Israel. “Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y ustedes, siendo olivo silvestre, han sido injertados en lugar de ellas, y han sido hechos participantes de la raíz y de la rica savia del olivo, no se jacten contra las ramas” (Ro 11:17-18a).
Enseña a los gentiles del primer siglo que han sido “injertados en” las bendiciones de Dios, Quien por Su gracia escogió esparcir el evangelio entre los gentiles.
Primero, solo “algunos” de Israel fueron desgajados. Dios aún busca a alguien en Israel que quiera creer. Pablo dijo, “honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos (Israel)” (Ro 11:13-14). Dios siempre tiene gracia con quien está deseoso de “mantenerse firme por la fe”.
Segundo, Dios cambia situaciones para Sus propósitos. En el futuro quitará “el endurecimiento que ha acontecido en parte a Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Ro 11:25), y se enfocará en Su pueblo escogido, Israel.
Dios advierte a los cristianos gentiles, “no te ensoberbezcas”. La actitud de Dios siempre ha sido que: “Todos los que temen al Señor odiarán la maldad. Por eso odio el orgullo y la arrogancia, la corrupción y el lenguaje perverso” (Prov 8:13). Nadie merece la aceptación de Dios, porque nosotros somos salvos puramente por gracia.
El segundo mandamiento “estar continuamente temiendo”, enseña que debemos tener miedo de no hacer lo que Él dice. Los arrogantes no respetan a los demás y menos aún a las autoridades, especialmente a Dios y Su palabra. La lección de Pablo es que no demos por sentada la gracia de Dios y la imaginación vana de que las bendiciones siempre vendrán sin importar la falta de fe ni la obediencia a Su palabra. ¡No seas pretencioso!
“Mantenme lejos del pecado de presumir. Muéstrame cuando la arrogancia comience a aparecer y ayúdame a tener un miedo saludable de las consecuencias de extraviarme de Tu palabra.”