Santiago 5:10 “Hermanos míos, tomad*~ como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.”
Una de las claves del éxito en la vida es tener un mentor. Cuando la iglesia comience a enfrentar fuertes pruebas, los verdaderos creyentes necesitarán seguir el ejemplo de mentores heroicos. ¿Cómo responderás cuando venga un policía a multarte progresivamente por tener un estudio Bíblico en una casa privada?
Si te llevan a la cárcel por entregar un tratado, ¿dejarás de entregar tratados? ¿Qué harás cuando se te prohíba orar o mencionar el nombre de Jesús en público? Los creyentes tendremos que decidir cómo actuar para honrar a Cristo, siguiendo el ejemplo de quienes ya se han ido.
Cuando Santiago escribió su epístola estaban recién comenzando a sufrir por Cristo, y les anima diciendo: “tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia”: “Aflicción”, es una palabra compuesta por “maldad” y “sufrimiento”, que significa “sufrir desgracia, dificultades, tener aflicción”; y “paciencia” está compuesta por “largo” y “carácter o ira”, que significa la habilidad para no responder emocionalmente cuando eres atacado, o que tu ira toma mucho tiempo en aparecer.
Nos instruye a “tomar” seriamente esos ejemplos. El verbo significa “de hoy en adelante decide recibir” o “escoger, aprovechar, agarrar” ese modelo.
Habla de los profetas del Antiguo Testamento, mensajeros de Dios, que fielmente entregaron Su mensaje. Esteban, durante su juicio por predicar a Jesús dijo, “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores” (Hechos 7:52). Él no se iba a echar para atrás.
Hebreos 11:35b-38a resume nuestra herencia heroica, “otros fueron atormentados… Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de éstos prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados, de los cuales el mundo no era digno”.
Nos ordena que sigamos esos ejemplos. La verdad de la palabra de Dios debe convertirse en algo que vale la pena defender a toda costa.
“Tú conoces y preservas a quienes están dispuestos a sufrir por Tu nombre. Dame la perseverancia y la sabiduría para seguir el ejemplo de quienes tú dijiste que el mundo no es digno de ellos por lo mal que los trató” (Hebreos 11:38).