Col. 4:5 NTI “Vivan sabiamente~~ entre los que no creen en Cristo y aprovechen al máximo cada oportunidad.”
Los mandamientos de Dios pueden implicar acciones específicas que debemos hacer, actitudes a mantener, o principios generales para la vida. Unos principios son para aplicar entre creyentes y otros para aplicar con el mundo, o “los de afuera” (1 Co 5:12, 13; 1 Tes 4:12; 1 Tim 3:7).
Los inconversos calumniaban a los cristianos de la Iglesia Primitiva llamándolos ateos porque no tenían dioses visibles; antipatriotas, porque no quemaban incienso a la imagen del emperador; e inmorales, porque se reunían tras puertas cerradas.
La instrucción de Pablo para responder a estas falsas acusaciones era “compórtense continuamente con sabiduría”, opuesto a responder impulsiva y neciamente. Si a los creyentes se los ve vivir como insensatos, cualquier cosa que digan, no tendrá valor.
Lo opuesto a vivir en sabiduría es dejarse llevar por pensamientos insensatos. Por ejemplo, es insensato que un cristiano viva para el dinero: “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición” (1 Tim 6:9) (Lucas 24:25).
La insensatez es común en todos los hombres: “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros” (Tito 3:39).
Además, “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Prov 9:10). Debemos tener miedo de violar o ignorar la palabra de Dios: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría” (Col 3:16). (Mire cómo Pablo practicó este mandamiento en Colosenses 1:28).
Vivir sabiamente incluye “aprovechando al máximo cada momento oportuno”. Moisés escribió: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Sal 90:12). Jesús dijo: “la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Jn 9:4); y Pablo, “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gal 6:10). Al observar una vida nada egoísta, el evangelio gana credibilidad. La vida generosa refleja al Dios generoso.
“Si Tu palabra ‘mora en abundancia’ en mí, podré conducirme en sabiduría y ser efectivo en el ministerio, en beneficio de quienes necesitan conocerte.”