Lucas 5:10 “y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas~|; desde ahora serás pescador de hombres.”
Los pescadores habían pasado toda la noche pescando sin ningún resultado, cuando Jesús se les acercó diciéndoles que vayan mar adentro y echen las redes vacías. Pedro conocía a Jesús, por eso respondió: “mas en tu palabra echaré la red” (5:5).
Aunque era contrario a lo que Pedro sabía en cuanto a la pesca, de repente la red estaba tan llena de peces que gritó por ayuda para que no se hunda su barco.
Todos estaban “asombrados” de cómo la palabra de Cristo trajo resultados inmediatos. Jesús dijo, “¡Dejen de tener miedo!”. De hecho, ellos verían milagros mucho más grandes que éste durante los siguientes tres años.
El miedo mata nuestra creatividad, paraliza nuestras acciones y nos obliga a pensar demasiado en protegernos a nosotros mismos. El miedo nunca debería entrar en nuestro pensamiento, porque Jesús dice: “toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mt 28:18), podemos confiar en Él.
Pedro no tuvo miedo cuando aceptó la invitación de Cristo de caminar junto a Él sobre el agua (Mt 14:29), pero al quitar sus ojos de Jesús, vio el peligro en el que estaba y empezó a hundirse. Cuando clamó al Señor, inmediatamente “Jesús, extendiendo la mano, asió de él y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mt 14:31). El miedo es el resultado directo de dudar de la capacidad de Dios para intervenir, controlar la situación y cumplir Su propósito.
“De ahora en adelante, estarás continuamente pescando hombres”. El compromiso, paciencia, y esfuerzo al pescar profesionalmente sería aplicado a pescar personas.
Al llegar a la orilla, “dejándolo todo, le siguieron” (5:11), y el mundo nunca fue igual. Dejaron de captar peces para captar pecadores, habiendo sido ellos mismos captados por el más grande Pescador.
No serían perfectos, pero su mensaje era el “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Ro 1:16). Todo lo que ellos debían hacer era ir a donde la gente que no había escuchado, y anunciar el mensaje y Dios se haría cargo de todo. ¡No tengas miedo hoy!
“Muchos de Tus hijos tienen mucho miedo de testificar de Tu salvación. Déjanos ver como Tú su gran necesidad para superar ese miedo y participar de la maravillosa experiencia de llevar un alma hacia Ti.”