1 Cor 14:12 “Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad~~ abundar en ellos para edificación de la iglesia.”
Los problemas sensibles debían ser llevados con diplomacia y tacto. Pablo recibió a una delegación de la iglesia de Corinto que traía varios problemas, refiriéndose a uno de ellos en 1 Corintios 14:12: “pues que anheláis dones espirituales”.
Este “anhelo” o “ambicionan” por manifestaciones supernaturales fue un problema que les cegó para no ver los valores bíblicos, lo cual obligó a Pablo a escribir tres capítulos de correcciones (1 Co 12-14).
“Así también vosotros” habla de su énfasis exagerado de hablar en lenguas (1 Co 14:9-11). Beber y bailar hasta el éxtasis era una práctica común de las religiones paganas del primer siglo, mientras hacían esas prácticas los espíritus de los devotos supuestamente salían de sus cuerpos permitiéndoles comunicarse directamente con sus dioses.
Ese hablar enfervorizado pensaban que era el idioma de los dioses. Entre los creyentes, hablar en lenguas era similar a esas euforias paganas. Esa era solo una de las muchas prácticas carnales de la iglesia de Corinto.
Pablo explicó que la comunicación siempre debe ser entendible e inteligente. Ilustró los sonidos significativos de la música (flauta o arpa: 1 Co 14:7), inclusive en la milicia, la trompeta tenía sonidos necesarios para guiar a las tropas (14:8). Los sonidos inentendibles eran inútiles.
1 Corintios 14:9 dice que si hablas de una manera inentendible nadie sabrá lo que has dicho “porque hablaréis al aire”. Piensas hablar a Dios, pero en realidad ¡no hay comunicación! Pablo define “lengua” como “tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado” (1 Co 14:10).
Las lenguas o idiomas están construidos con fonética, estructuras gramaticales y lingüísticas que comunican una inteligencia entendible. Los idiomas o lenguas son inentendibles cuando violan esas estructuras lingüísticas (14:11).
Pablo dice, “procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia”. El mandamiento es “edificar” (“construir a alguien”, “incrementar el potencial de alguien”). Cuando uno entiende la Palabra y cree en Sus verdades, está siendo edificado, siendo ésta la prioridad del ministerio. ¿Estás dispuesto a aprender cómo comunicar Su Palabra claramente para edificar a otros, en lugar de buscar una experiencia de éxtasis?
“Amado Señor, dame el anhelo de edificar a otros de la manera más efectiva para fortalecer a Tu iglesia. Esa es Tu prioridad, así que debe ser también la mía.”