Tito 2:1 “Pero tú habla~~ lo que está de acuerdo con la sana doctrina.”
¿Cómo puede una persona cambiar una sociedad o una nación? El cambio genuino no es forzado ni impuesto. Los sistemas legalistas nunca cambian el corazón.
Pablo no buscaba cambios en el sistema de su sociedad, sino un cambio interior en los creyentes. Solo así se transforma la conducta.
Los falsos maestros “profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables (“detestable”), rebeldes, (“opuestos a ser persuadidos”), y reprobados (“no-aprobados, sin valor”) en cuanto a toda buena obra” (Tito 1:16). Hacían todo lo posible para distraer a la gente y evitar que conozcan y obedezcan la Palabra de Dios, y los convencían que se sometan a sus revelaciones y visiones.
“Pero”, introduce un contraste con el tema de los versos anteriores (1:10-16), “tú” (los maestros fieles a la Palabra de Dios) les conduce a saber qué deben hacer para no seguir a los falsos maestros sino al liderazgo fiel de la iglesia. A los verdaderos maestros les ordena “hablar continuamente” (“comunicar intelectualmente y con razón”) “lo que está de acuerdo con la sana doctrina”.
Lo que pensamos, creemos y valoramos, afecta directamente a nuestra motivación emocional para nuestro comportamiento normal. Nuestras bases para entender las Escrituras son vitales para la piedad. Pablo no escribió en cuanto a lo que él enseñó de las “costumbres”, pero sí insistió en ellas (1 Co 11:16; 2 Ts 2:15).
Los verdaderos maestros enseñan “que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia” (Tito 2:2), no sólo diciéndolo, sino viviéndolo: “exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable…” (2:6-8).
Deben “recordarles que… estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres” (3:1-2). Nada de esto es legalismo. Nada de este currículum es mero conocimiento intelectual, sino enseñanza basada en una demostración personal de piedad y vida práctica. ¡Estos son los maestros que necesitamos! ¿Te estás convirtiendo en uno de ellos?
“Padre, con todo mi corazón yo quiero vivir una vida que refleje todos Tus mandamientos e instrucciones y enseñar así a otros los principios de vida. Muéstrame el camino.”