Santiago 5:20 “Sepa~~ que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.”
En las Escrituras se nos manda a “continuamente saber” (“llegar a saber, recibir un conocimiento de”) hechos reales, y vivir a la luz de ese conocimiento. Santiago concluye su epístola con las responsabilidades mutuas del creyente.
En Santiago 5:19, identifica a un grupo de personas necesitadas (“si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad”) que al menos profesaron ser salvas y fueron parte de la iglesia. Somos responsables de los que “se han extraviado de la verdad” (“llevado por mal camino, engañado, hacer que se equivoque, [o] seducido a rebelión”).
Jesús usa la misma palabra cuando dice de los Saduceos, “Erráis ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mt 22:29). Pablo también usó este término para describir nuestra necia incredulidad: “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados [misma palabra]” (Tito 3:3).
Esta gente se extravió “de la verdad”, generalmente se refiere a la Palabra de Dios, pero más específicamente, al evangelio de salvación (Stg 1:18). No entender correctamente el evangelio puede llevar a esforzarse legalistamente para ser mejor o presumir que Dios lo ama aun cuando vive en hábitos pecaminosos, y con el tiempo, deja totalmente cualquier apariencia de cristiano.
El extraviado es un “pecador” no-salvo o no-regenerado (Ro 5:8; 1 Tim 1:9, 15; 1 P 4:18): “No se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos” (Sal 1:5).
En toda iglesia hay muchos que no entienden el evangelio y se sienten cada vez más fuera de lugar. “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros” (1 Jn 2:19). A aquellos que llegan a ser parte de un grupo de creyentes, pero no entienden la salvación bíblica se les debe enseñar las bases de la fe. Este ministerio “salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados”.
El creyente que sabe el horrible destino del no-salvo tiene una gran motivación para “volver al pecador del error de su camino”. Tómate el tiempo para descubrir al extraviado en tu iglesia y ayúdale a entender la verdad del evangelio.
“A mí me asombra la realidad de que todos viviremos en algún lugar por siempre, sea contigo o sea en un horrible lugar de tormento. Dame el privilegio de volver a muchos a Tu maravillosa salvación.”