1 Pedro 4:19 “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden~~ sus almas al fiel Creador, y hagan el bien”
¿Por qué sufren los hijos de Dios? Si es un Dios amante, preocupado, ¿por qué permite que les sucedan cosas horribles e injustas a Sus hijos? Pedro da varias razones para enseñarnos a aceptar el sufrimiento injusto como parte de Su propósito.
Si un creyente vive en un ambiente hostil y no puede evitar la persecución por seguir a Cristo, entonces debe entender el plan de Dios. Pedro les dijo: “no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese” (1 P 4:12). Luego da varias razones por las cuales es útil tener esa actitud.
Cualquiera sea el grado de sufrimiento, es un privilegio ser “participantes de los padecimientos de Cristo” (1 P 4:13a) porque experimentamos un compañerismo con Cristo. El Salvador nunca olvidará tu deseo de defenderle en medio de amenazas y dolor, así que puedes estar seguro de tener “la inmensa alegría” (4:13bNTV).
Su promesa, “he aquí yo estoy con vosotros todos los días” (Mt 28:20) significa que Él estará contigo en medio de cada “oprobio” (cuando eres difamado, acusado con palabras abusivas). Somos “bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre nosotros (1 P 4:14).
Si sufres porque te identificas valientemente con Cristo, le glorificas a Él (1 P 4:14b), pero esto es posible solo cuando “no te avergüenzas” (4:16). Parece que mientras más injusto es el sufrimiento, más es glorificado Cristo.
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 P 4:17). El sufrimiento por Cristo purifica y prueba nuestra fe (1:6-7). Es una prueba o “juicio” para determinar quién es genuino. Cuando conocí a un creyente Chino, que recién había salido de prisión, le pregunté si alguna vez oró para que cese la persecución en China, y me respondió, “¡Oh no, nunca! La persecución nos permite saber quién es un verdadero creyente”. Sufrir por Cristo es vital en la vida Cristiana.
Lo que sea que Él permita está diseñado con un propósito. Nunca lo dudes. Sigue haciendo lo correcto.
“Qué honor poder confiar en el Salvador que experimentó lo peor de los sufrimientos y se mantuvo fiel hasta el final. Gracias, Señor, por el privilegio que tengo de mostrarte a Ti que soy confiable al mantenerme fiel en situaciones amenazantes.”