Juan 16:33 “Yo les he dicho estas cosas para que en mi hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense!~~ Yo he vencido al mundo”.
La mayoría de la gente busca paz mental. Están enterrados en sus conflictos, problemas, penas y miedos y harían cualquier cosa por unos momentos de calma interior.
La paz no viene por pastillas, drogas y ni siquiera por circunstancias perfectas, sino por saber con certeza que hay mucho más en nuestra existencia que solo esta vida temporal.
En Hebreos vemos la fortaleza interna de Jesús: “el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (He 12:2).
Él sabía lo que le esperaba al otro lado de la cruz, por lo cual valía la pena soportar la agonía y, más aun, sufrir la ira de Su Padre por los pecados de todos los hombres.
Logramos la paz cuando vemos realidad de la vida desde la perspectiva de Dios. Jesús instruyó, la víspera de su crucifixión, que esta vida no es el fin de todas las cosas, sino el principio. Y prometió a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). La paz mundana es temporal.
En cualquier conflicto, no estarían solos. Así como el Padre no lo abandonó (16:32), Él tampoco los abandonaría en medio de cualquier lucha a ellos, ni a nosotros. Sebastián Valfre dijo: “Cuando todo termine, no lamentarán haber sufrido; más bien, lamentarán haber sufrido tan poco y ese poquito de tan mala manera”.
Los seguidores de Cristo viven una existencia dual: están en Cristo y en este mundo. Su lazo con Cristo les da la “paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento” (Fil. 4:7), pero el mundo siempre será una hostil oposición: “En el mundo tendréis aflicción”, significa “aplastar, prensar, apretar o romper”. No hay paz en el mundo. El mundo siempre se opondrá a todo lo que Dios es o a todo lo que Dios diga.
Debemos estar “confiados – mostrando valentía” (ser bravo, valiente, audaz). Su confianza es porque Jesús dijo: “yo he vencido al mundo” (ser victorioso, someter). La paz es consecuencia de conocer con certeza el final y confiar descansando en esa realidad. ¿Te da esto la valentía para mantenerte firme por el Señor hoy?
“Gracias, Mi Señor, por mostrarnos que este mundo no es todo lo que existe; de hecho, es a meramente un momento en la eternidad. Voy a vivir de Su manera de pensar.”