2 Timoteo 3:1 También deben saber~~ esto : que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Pablo escribe con urgencia acerca de los “últimos días” refiriéndose al período completo de la era de la iglesia desde la Resurrección hasta el Arrebatamiento.
Este período se ubica antes de los siete años de la Gran Tribulación (Ap 4-19), cuando surge, sin obstáculos, el poder del anticristo intentando destruir a todo aquel que diga ser seguidor de la Palabra de Dios. El mundo engañado le adorará como si fuera Dios (2 Ts 2:3-4). Los creyentes debemos “continuamente saber” las implicaciones de los últimos días de la era de la iglesia.
Durante toda la era de la iglesia “está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Ts 2:7). Millones de personas han sido asesinadas y perseguidas solamente por atreverse a seguir los mandamientos de las Escrituras.
En “Condenado por la Iglesia”, John W. Montgomery describe “siete épocas condenables de la historia de la iglesia”, desde el inicio hasta el presente: (1) sacramentalismo, cuando la iglesia le reemplazó a Dios; (2) racionalismo, cuando la razón se convirtió en dios; (3) el ortodoxismo, cuando dios era estéril e impersonal; (4) politicismo, cuando Dios era el Estado; (5) ecumenismo, cuando había comunión incondicional y cooperación entre cristianos nominales; (6) experimentalismo, cuando nuestras experiencias personales se convierten en nuestro dios; y (7) subjetivismo, cuando los sentimientos y el yo se convierten en nuestro dios. Este último período enfatiza el misticismo, el cual determina las verdades de Dios por medio de la intuición, el sentimiento y pragmatismo.
Pablo le dijo a Timoteo, “el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia…” (1 Tim 4:1-2). Jesús describió estos días, “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mt 24:12).
Desde la Ascensión hasta que Jesús vuelva, habrá períodos que serán muy peligrosos para los verdaderos creyentes. Las cosas no mejorarán, sino que los tiempos peligrosos irán y vendrán. El creyente sabio conoce las señales de los tiempos y decide vivir para Su reino, sin importar lo que venga.
“En cada generación, desde que Tú viniste, ha sido difícil seguir Tus instrucciones para la vida, pero yo quiero ser parte de ‘los que no se avergüenzan’.