Santiago 1:2 “Hermanos míos, tened*~ por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.”
El Rabí Harold Kushner intentó, en su libro “Cuando cosas malas le suceden a gente buena”, responder a uno de los dilemas filosóficos de todos los tiempos.
Escribió para quienes están enojados con Dios y se alejan de Él, o para quienes quieren culparse, creyendo que merecen su sufrimiento. No son reacciones saludables ni correctas.
Los primeros cristianos judíos fueron “dispersados” (diáspora) por la persecución. Perdían todo, eran abandonados por sus compatriotas como traidores a su antigua religión, asesinados sin misericordia o encarcelados por su régimen político. Cuestionaban la participación de Dios o Su confiabilidad.
Santiago comienza con un mandamiento sorprendente: “inmediatamente comienza a tener por sumo gozo” cuando tu mundo entero esté cayéndose a pedazos. ¿Estaba Santiago desconectado de la realidad? Él no estuvo ajeno al sufrimiento. ¡Jesús era su propio hermano! Este mandamiento habla de cómo debemos pensar, y de las frases “verdaderas” que debemos repetir en nuestras mentes. Advierte que no nos permitamos tener pensamientos falsos.
Una prueba nunca debería ser vista como castigo, maldición o accidente sin propósito. “Tener” metafóricamente significa “mostrar algo a tu mente” o “ver, estimar o considerar” que algo es de cierta forma. Es hacer que una forma de pensamiento nos controle o domine a través de las dificultades de la vida.
Phillips dice, “que [las pruebas] no les molesten como si fueran intrusos; sino, más bien, recíbanlas como a amigos”. Debemos responder no solo con gozo, sino con “nada más que gozo”, o literalmente, “con sumo gozo”. La felicidad es una respuesta a las circunstancias placenteras, pero el gozo es más profundo e inmutable, es la respuesta a las verdades en cuanto a Dios y a Su propósito final. Hemos aprendido a confiar en que Él nos perdona, entonces también podemos confiar en que nunca se equivoca o nunca permite algo en lo cual Él no sea glorificado.
Un creyente puede estar triste con las circunstancias y al mismo tiempo gozoso de que Dios está presente y tiene un plan. La amargura es síntoma de un pensar no-bíblico. ¿Puedes confiar en Él?
“Tus promesas de que existe un propósito eterno en medio de la persecución, y de que hay una recompensa por ser fiel a Ti, me ayudan a aceptar el dolor y el rechazo por obedecer Tu palabra. Gracias.”