Juan 6: 43. Jesús dijo, “No se quejen~| entre vosotros.
En el fútbol de la secundaria, ninguno de nosotros disfrutaba correr diez vueltas alrededor de la cancha. Era agonizante.
Nuestros entrenadores no parecían nada preocupados del dolor que eso causaba porque sabían que era la única manera de estar preparados para la final.
Asimismo, Cristo sabe que el creyente tiene una sola forma de madurar o de llegar a ser como Él. Las pruebas y los conflictos nos equiparán para mostrar la gracia de Dios.
En Santiago 1:4, “mas tenga” implica un continuo progreso hacia la meta final de ser como Cristo. Dios no puede completar Su “efecto perfecto” (“cumplir un proceso”, “alcanzar la plena madurez”) sin enseñarnos “paciencia” (“bajo presión”, “capacidad de continuar soportando bajo circunstancias difíciles”).
Alan Redpath dijo, “Cada desaliento ha sido permitido en nuestra vida para que a través de él nosotros podamos arrojarnos a los pies del Salvador sintiéndonos absolutamente indefensos”.
El objetivo del “entrenamiento” de Dios es que lleguemos a ser “perfectos y cabales, sin que nos falte cosa alguna”. Pablo usa “perfecto”, no significando una perfección moral o espiritual absoluta, sino refiriéndose a lo que está completamente desarrollado o maduro.
Aún Santiago admitió, “Porque todos ofendemos muchas veces” (Stg 3:2). Pablo confesó, “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; pero una cosa hago…” (Fil 3:10,12).
Pablo usó la antología del sufrimiento del nacimiento como parte del proceso de producir madurez cristiana: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Ga 4:19). La palabra “completos” significa “total o entero”.
No es conformarse superficialmente a criterios legalistas, sino que tus pensamientos, creencias, valores, motivaciones, disciplina, hábitos, reacciones, respuestas, ambiciones y metas, reflejen los principios de la Palabra de Dios. Al haber aprendido a aplicar la Palabra en cada una de estas áreas, seremos todos probados hasta que las respuestas correctas lleguen a ser más instintivas.
Sabemos que: “después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 P 5:10). Él sabe qué es lo que cada uno de nosotros necesita. Confía en Él como tu entrenador.
“Señor, ¿por qué es la madurez tan importante para Ti? Si llegar a ser como Tú es bueno para mí, entonces apreciaré cualquier circunstancia que me envíes hoy.”