Santiago 2:18 : “Pero alguien dirá, “Tu tienes fe y Yo tengo obras.” Muéstrame*~ tu fe sin obras y yo te mostraré fe por medio de mis obras.”
Así como el amor no sirve si no es activo, la Palabra de Dios dice que la fe sin acción es vacía. La fe transformadora se evidencia siempre con un nuevo comportamiento.
Un bebé debe llorar al nacer para indicar que está vivo. El llanto no le produce vida, pero sí muestra que la tiene. Santiago dijo, “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (2:17). Las obras no generan fe, pero la fe genuina siempre genera obras.
Santiago 2:18 argumenta que la fe y las obras no se relacionan; pero Dios dice que las acciones sin fe no sirven, así como no sirve la fe sin obediencia a Su Palabra. Jesús advirtió: “¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46).
Y, “el que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él” (1 Jn 2:4-5).
Alguien puede presumir de tener fe por sus obras, pero “no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mt 7:21-23).
Creían en Dios, pero su corazón egoísta no tenía la gracia misericordiosa de Jesús.
La “voluntad del Padre” es que nosotros, pecadores, pongamos nuestra completa y exclusiva confianza y esperanza para el perdón y aceptación de Dios en la única y para siempre muerte y resurrección de Jesucristo: “por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe” (Ef 2:8-9). ¿Cómo cambió el evangelio tu vida?
“Gracias por tu gracia de la Salvación y por el deseo que me ha dado de amarte a Ti y a los demás, practicando diariamente las cosas que me has dicho que haga.”